En un intento de hacer algo más llevadera la espera para su segunda parte, me ha apetecido hacer un pequeño homenaje, por medio de esta breve entrada en el blog, a los buenos momentos que viví junto a «The Legend of Zelda: Breath of the Wild» en mi Nintendo Switch. Y a pesar de haberme enfrentado a otros títulos de la franquicia —no todos, por supuesto—, nunca me he considerado un seguidor acérrimo. Pero os aseguro que he disfrutado de cada uno de los que he jugado en mayor o menor medida, que, a fin de cuentas, creo que es lo que verdaderamente importa. En fin, prosigamos con el texto, que aún queda mucho por delante hasta que vea la luz en 2023.

Es probable que el argumento no sea uno de los principales reclamos del juego, pero tampoco me parece que hayan estado desacertados ni mucho menos, más bien al contrario. Tal vez los aislados problemas de inestabilidad que he sufrido, que se traducen en caídas puntuales de fotogramas por segundo, o el mal planteamiento en el diseño de diversas de sus mazmorras —ojo, que algunas me parecen una maravilla—, sean los aspectos negativos más reseñables del juego, aunque no es algo que me haya quitado el sueño. Es cierto que hay otros aspectos que pueden ser más o menos de mi agrado —o que he pasado por alto—, pero creo que ninguno con la importancia suficiente como para destacarlo aquí.

Ya sólo me quedan halagos hacia esta obra. Hay tantas cosas que han sabido cautivarme, que no sé por cual empezar. El impresionante mundo que nos presentan, descomunal y vivo; cargado de cosas por hacer y descubrir; y con un diseño muy bien construido, en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. El apartado artístico, tanto en lo sonoro como en lo visual, me parece una auténtica pasada casi en su totalidad. Esa sensación de libertad nunca antes vista en la saga; el enfoque que se le han dado a los combates, muy ágiles y divertidos; e incluso lo estimulante que a veces resulta enfrentar de diferentes formas determinadas situaciones. Todo ello y mucho más, han convertido a «The Legend of Zelda: Breath of the Wild» en uno de los títulos a los que más horas le he dedicado en esta plataforma.