Han transcurrido más de dos décadas desde que la primera entrega de la arqueóloga más famosa de los videojuegos, Lara Croft, hiciese su aparición en Saturn. El sistema de 32 bits de Sega tuvo el honor de estrenar el primer episodio a finales del año 1996 —máquina donde pude conocerlo—, pero poco después también desembarcaría en la primera PlayStation y en PC. «Tomb Raider» caló bien entre los jugadores y permitió a «Core Designs» trabajar en una secuela, aunque, en está ocasión, sólo vería la luz en PC y la máquina de Sony. De hecho, esta primera entrega de la saga fue uno de esos juegos que marcó mi infancia y del que tengo muy gratos recuerdos, a saber la de veces que me lo habré acabado en aquel entonces. En fin, me dejo de tanto sentimentalismo que me empiezo a ir por las ramas.
Acción y plataformas son dos de los ingredientes presentes en esta rica receta que se nos ofrece como primer plato, aderezado con una serie de puzles que invitan a ser resueltos, la mayor parte de las veces de forma sencilla y, apenas dos o tres nos pondrán difíciles las cosas —obligándonos a exprimirnos la cabeza en situaciones muy limitadas—. Básicamente, quiero decir que unir piezas no será el obstáculo más importante se nos impondrá durante el juego, más bien sea la habilidad que se requiere con el pad la que puede suponer un «reto» de mayor envergadura —tal vez se deba a que el control es un poco robótico—. Realizar saltos mientras disparas; o pasar de una plataforma a otra al mismo tiempo que evitas los obstáculos, no siempre resultan tan fáciles como puedan parecer a simple vista.
Me parece fantástico que el título nos regale acción y puzles a raudales, pero nos queda conocer algo no menos importante que lo anterior, ¿qué clase de misión empuja a la señorita Croft a emprender un viaje tan peligroso? Pues bien, todo comienza cuando Jackeline Natla, máxima responsable de «Natla’s Technologies», envía a su asistente Larson para hacerse con los servicios de Lara. Nuestra heroína es contratada para llevar a cabo la búsqueda del mítico Scion. Nuestra aventura comienza en la antigua «Ciudad de Vilcabamba», un remoto lugar situado en Perú y que se encuentra perdido entre las montañas. Allí encuentra el Scion, o al menos eso creía, pero tras caer en una emboscada del propio Larson para arrebatárselo, descubre que en su poder tan sólo tiene una de las tres partes que se necesitan para completarlo. Es entonces cuando Lara decide —por cuenta propia— acabar lo que empezó y sale en busca de las piezas que le faltan para desentrañar los secretos que se ocultan tras el misterioso artefacto.
Recuerdo haber jugado al juego de play station siendo pequeña. Era super torpe… Pero aún así me encantaba, aunque siempre me ahogara en el agua por no saber manejar bien el mando. Aunque recuerdo la mansión y la zona de gimnasio. Era mi parte favorita porque ahí no moría nunca…
A ver si lo retomo algún día, me encantaría.
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Yo la primera vez lo disfruté como espectador, pues era mi padre el que realmente controlaba a Lara.
Con respecto a la dificultad, es normal que te costara siendo tan pequeña, no era un juego precisamente fácil, al menos a mi no me lo parecía por aquel entonces.
Y nunca es tarde para darle una oportunidad 😉.
Un saludo.
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